No necesito alas para volar

Monday, September 11, 2006

Hoy el cielo está triste, se le ha perdido algo. Llueve dolor en cada gota, pero hoy no se refleja en cada una de mis lágrimas. El cielo llora, está triste. El cielo llora, llueve dolor. El cielo llora, se le ha perdido el corazón.

Me he propuesto ilustrar esa niña triste, vestida de harapos. La dibujaré allí, mirando el horizonte con dos surcos tallados en las mejillas de su temprana piel, aún le queda demasiado por aprender. Ha llorado un charco de lágrimas y se ha asustado al verse en él. Es tan dulce, tan pequeña, pero apenas le queda inocencia. No entiende, no sabe, solo mira su realidad difuminada. Ve borroso, las lágrimas empañan sus ojos, le escuecen sus mejillas, pero ni siquiera se percata. Solo mira al vacío, donde ha quedado el horizonte, lejano, solitario, inexpugnable... Abraza con fuerza sus rodillas. Lleva su muñeca de trapo en el regazo, ya es mayor para ese juego, pero es pequeña para su dolor. El mundo se le queda grande y su muñeca se le ha quedado demasiado pequeña. No sabe muy bien lo que busca, incluso se ha perdido entre sueños. Su vestidito ondea al viento, decía alguien que se lo quería sacar, arrancar del cuerpo, pero el viento solo la mece en sus sueños y la acompaña en el vuelo. No es frío, pero la hace estremecerse, es el recuerdo de alguien cercano, el suspiro de un desengaño. Es lo que la hizo crecer. Es ese dolor vacío, es esa lluvia incesante que llueve en su corazón, es ella y su silencio, es ella y su amargura, es esa niña de oro, es esa niña maldita. Se la quieren llevar, arrancarla del muro donde está sentada, a si misma abrazada. Solo hay un paso hacia delante, un descanso a ese dolor, levántate chiquilla y da una tregua al corazón. Es la imagen más triste y bonita, la más dulce y dolorosa. Es esa nenita que creció demasiado rápido, es esa nenita que sufre el dolor en su mundo de ilusión, es esa nenita que quedó olvidada, incluso de su recuerdo borrada; se la llevaron de aqui. Le arrancaron su ilusión y su inocencia. Ya solo guarda esa muñeca de trapo, mojada, fuertemente abrazada, como si fuera lo último que le quedara; y es que así es. Lo demás, lo ha perdido. Lo demás se lo han robado demasiado temprano, nunca volverá a ser quien era, nunca será quien quiso ser. Sonrie niña triste, ya no te queda nada por perder.
El mar a su frente le devuelve la mirada, pero nadie dice nada. Un mechón se le cruza por la cara, cada gota de lluvia la acompaña.
- No me lleves no, no me lleves por favor.

2 Comments:

Blogger Orodobo!! said...

ÑAM!!
jji nena te kiero graacias para el apyo has sido la primera en contestar bien!!!! LINDA

prin porfa hazte seguidora ya luego hablamos !!!

4:59 AM  
Blogger Misa HM said...

Ojala que ya haya mejorado tu animo porque te lei muy trsite.

7:06 AM  

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